De la tierra del hombre al hombre de la tierra El necesario giro espacial de un contrato social a un contrato natural

Abstract

Después de siglos de colonialismo y décadas de pos-colonialismo nos encontramos aquí, en este sur que somos, entre lo que lo que fuimos, lo que nos obligaron a ser, lo que deseamos ser y lo que ahora somos. Somos la tierra en resistencia que por siglos ha luchado contra genocidios, epistemicidios y ecocidios. Mientras el siglo pasado fue marcado principalmente por genocidios que reverberaron en la discusión la guerra del hombre contra el hombre y con ellos el surgimiento de un contrato social y el nacimiento de los derechos humanos, este siglo nos llama a pensar en la completa aniquilación de la vida sobre la Tierra y con ella la necesidad de un contrato natural y los derechos de la naturaleza. En nuestra propia condición de sur, en ese encuentro de saberes, culturas, pueblos y razas, se gesto un espacio propicio en el cual han emergido tanto en Ecuador como en Bolivia los derechos de la naturaleza comprendiéndola como un sujeto de derechos. Así, el sur desde su saber y su hacer ha abierto y potencializado una amplia y profunda discusión que repercute en diversas dimensiones. Me propongo aportar a esta discusión desde una geografía humanista, desde la idea de que en la incertidumbre por comprender lo que somos, ha sido el sur, nuestra propia condición existencial ligada a esta tierra quien nos ha enseñado. De este modo, espero que una comprensión existencial del espacio nos permita seguir enriqueciendo el debate sobre los derechos de la madre naturaleza, en algo que llamo un giro espacial, pues implica una mudanza, pasando de una comprensión del hombre perteneciendo a la tierra y no de la tierra perteneciendo al hombre.