¿Es la ayuda externa a Haití una solución o una trampa?
Haití es uno de los países más dependientes de la ayuda internacional en el mundo. Pero, ¿esa ayuda realmente ayuda? El artículo de Wilgens Exil, Daniel Pereira Sampaio y Camilla dos Santos Nogueira, publicado en la Revista Espirales – Volumen 9, analiza tres décadas del presupuesto público haitiano y revela profundas contradicciones.
Entre 1991 y 2020, cerca del 25% al 30% del presupuesto del país estuvo compuesto por donaciones externas. Sin embargo, solamente el 17% de ese monto ingresó de hecho en los cofres nacionales; el otro 83% permaneció bajo el control directo de donantes e instituciones multilaterales. El resultado es un círculo vicioso. El dinero llega, pero regresa en gran parte a los países que lo concedieron, por medio de contratos, costos logísticos y servicios.
La investigación demuestra que, tras el terremoto de 2010, por ejemplo, se prometieron miles de millones, pero solamente el 1% del total llegó a las organizaciones haitianas. El resto fue administrado por ONGs internacionales, sin participación efectiva del Estado.
Este modelo crea dependencia estructural. El presupuesto de Haití se elabora todos los años contando ya con recursos que no controla. Estados Unidos, Francia y Canadá son los principales donantes, e imponen agendas que, con frecuencia, benefician más sus propios intereses que el desarrollo local.
La cuestión central es provocadora. Cuando la ayuda externa se vuelve esencial para mantener al Estado funcionando, ¿todavía podemos llamarla ayuda o pasa a ser un mecanismo de dominación?
Artículo instigante para saber más sobre la economía de Haití. Enlace al artículo completo.
